No estamos solos. De hecho ahora se sabe que tenemos el equivalente a un kilogramo de nuestro peso corporal en microorganismos que viven con nosotros. Es decir tenemos más bacterias que células, así que quizá en vez de decir que las bacterias conviven con nosotros, podríamos decir que nosotros convivimos con las bacterias. Tenemos aproximadamente 100 billones de bacterias y de 1 a 10 billones de células corporales. Un zoo en miniatura dentro de cada uno de nosotros. Nada más y nada menos. Y son de hecho absolutamente imprescindibles. En Medicina el tipo de relación que se establece con estos microorganismos beneficiosos se denomina de dos maneras (excluyendo el parasitismo, que no es el caso):
Cuando nosotros ingerimos un alimento el proceso básico de digestión se lleva a cabo en unas cuantas horas entre las labores del estómago e intestino delgado. Sin embargo, ese contenido no es expulsado inmediatamente al exterior, sino que curiosamente se queda guardado durante dos días en el intestino grueso o colon antes de que el cuerpo lo elimine. ¿Por qué esta pausa? Sin duda una de las respuestas es para favorecer el crecimiento de la microbiota. Se denomina microbiota intestinal al conjunto de todos los microorganismos que alojados en nuestro sistema digestivo trabajan con nosotros y para nosotros. Hoy en día se conoce que su importancia es tal que se considera un órgano más del cuerpo. ¿Y para qué nos sirve esto a nosotros? Las funciones que desempeña nuestra microbiota son fundamentalmente tres:
Cuando se altera la estructura normal de la microbiota se crea lo que llamamos disbiosis, y actualmente se está estudiando su relación con múltiples enfermedades. Si bien todavía en algunos casos no se conoce si es causa o consecuencia, se sabe que la disbiosis aparece en múltiples procesos patológicos. Actualmente las investigaciones se dirigen a establecer su relación y posibles aplicaciones terapéuticas entre otros en:
La disbiosis es básicamente una pérdida de la diversidad a nivel de las bacterias de nuestro intestino. En esta alteración de la composición de la microbiota se sabe hoy en día que influyen distintos factores, y entre ellos destacamos la alimentación (por ejemplo cuando aumenta el consumo de fruta aumenta el número de especies) el estrés y la actividad física. De nuevo esto confirma lo que el informe Lalonde de Salud pública nos explica (del cual hablábamos en otra de las entradas de nuestro blog): El cuidado de los estilos de vida es el factor más importante a nivel de Salud Pública para determinar nuestro riesgo de enfermar. Así que seamos conscientes de cómo funciona nuestro cuerpo, de que tenemos billones de microorganismos trabajando para nosotros y tomemos la responsabilidad de nuestra propia salud mediante un modelo consciente de cuidado físico y mental, usando los mejores recursos disponibles de los que la vida y la ciencia nos proveen. Dr. Carlos Aparicio Tijeras Vedasalud.com
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AutorEl Dr. Carlos Aparicio Tijeras es médico de familia, y en su consulta integra la medicina convencional y la medicina complementaria, como acupuntura y homeopatía para poder elegir la mejor solución para sus pacientes. Archivos
Junio 2018
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